Prosa aprisa
El tamaño del reto de los candidatos del PRI
Arturo
Reyes Isidoro
El nuevo
PRI sigue siendo el
viejo PRI, el mismo de siempre, con algunas novedades
cosméticas sólo para lavar la cara y aunque viejito a punto de cumplir 90 años
el próximo 4 de marzo, eso sí, sigue en la batalla por el poder en México.
El
dedazo presidencial a favor de José Antonio Meade nos dejó más que claro que
sus prácticas siguen siendo las mismas y que mantienen su apego a su liturgia,
como el mismo Enrique Peña Nieto usó el término religioso.
Esa
liturgia tiene establecido –una de sus reglas no escritas– que la designación
de candidatos a senadores y a diputados federales es facultad reservada para el
Presidente de la República (cuando es priista, claro está) y la de candidatos a
diputados locales y a presidentes municipales a los gobernadores priistas de
los estados.
No veo
por qué esta vez tendría que cambiar y menos veo que Peña Nieto tenga decidido
descentralizar ese privilegio, no cuando los últimos movimientos que hizo en su
gobierno están claramente enfocados a mantener el control político y electoral
y ha ordenado a todos sus colaboradores, según refieren columnas políticas
serias de la Ciudad de México, que saquen adelante la candidatura presidencial
de Meade, al precio que sea.
Pero mi
comentario va enfocado a su función como gran elector porque ayer por la tarde
el PRI emitió las respectivas convocatorias para la selección y postulación de
candidatos a senadores y diputados federales.
Igual,
en este partido ha sido una tradición que, por ejemplo, las candidaturas al
Senado para el caso de los estados son una especie de cuota que se entrega a
las organizaciones más poderosas que sostienen al PRI o, en todo caso, para los
cercanos al Presidente o a los aliados de él.
Y si
bien de los estados las organizaciones y los propios Comités Directivos
Estatales hacen sus propuestas de candidatos, es en la cúpula nacional donde se
decide, donde se aprueba o se veta.
Esta
vez, de acuerdo a las convocatorias de ayer, los candidatos priistas al Senado
así como a la Cámara de Diputados serán designados mediante el procedimiento de
Comisión para la Postulación de Candidaturas, que es un equivalente al clásico,
tradicional y fulminante dedazo (los otros procedimientos, que aplicarán para
otros estados, serán los de Elección Directa y por Convención de Delegados y
Delegadas).
Así, el
procedimiento de Postulación de Candidaturas aplicará para la primera y la
segunda fórmula al Senado así como para los 20 distritos electorales federales:
Pánuco, Tantoyuca, Tuxpan, Poza Rica, Papantla, Martínez de la Torre, Coatepec,
los dos de Xalapa, los dos de Veracruz, Zongolica, Córdoba, Orizaba,
Cosamaloapan, Huatusco, San Andrés Tuxtla, Cosoleacaque, Minatitlán y
Coatzacoalcos.
Los
aspirantes a ocupar una candidatura tienen que presentar sus solicitudes el
próximo sábado 27 de enero, los que sean aprobados tendrán el dictamen
definitivo dos días después, sus registros como precandidatos serán el 1 de
febrero y al día siguiente tendrán su acta de que fueron aprobados como tales.
Será el 16 de febrero cuando existan los acuerdos de postulación como
candidatos y será la dirigencia nacional la que determine la fecha y lugar
donde rendirán protesta formal como candidatos.
Me llamó
la atención que entre los requisitos se marca que no tengan conflicto de
interés, que, normal, renuncien a cargo directivo partidista, legislativo o de
la función pública que ocupen para poder inscribirse, y que presenten su constancia
de declaración inicial patrimonial así como de haber presentado en tiempo su
declaración fiscal. El único candado que leí fue que no serán admitidos quienes
hayan sido dirigentes, candidatas o candidatos ni militantes destacados de
partidos o asociaciones políticas antagónicas al PRI.
El
tricolor, pues, cumple con la formalidad y con ella alborota la gallera de
grillos y grillas que desean llegar al paraíso legislativo de donde, además,
todos salen millonarios por si todavía no lo son.
Esta vez
es posible que su liturgia se altere un poco porque como pocas veces se dan
circunstancias políticas especiales.
Es año
de relevo presidencial por lo que es casi seguro que Peña Nieto dé vista de la
lista de los “buenos” al candidato José Antonio Meade y podría ser que éste le
pidiera algún favor si es que tuviera interés personal en impulsar en especial
a algún veracruzano o veracruzana porque hubiera consultado a su amigo personal
y precandidato a la gubernatura José Francisco Yunes Zorrilla y éste le hubiera
dado la seguridad de que tal o cual es garantía de votos y merece una
oportunidad. Pero esto es sólo una posibilidad, no un requisito.
Se
supone también que a estas alturas la Presidencia de la República, la
Secretaría de Gobernación y el CEN del PRI tienen ya una completa radiografía
de a quienes deben o tienen que postular, aunque de aquí al 16 de febrero
cuando se tendrá decidido ya quienes serán postulados pueden caerse algunos y
subir otros que no estaban contemplados, porque los intereses se están moviendo
y ahora van a intensificar su presión para ganar posiciones.
En una
de esas, con sus informes, el nuevo delegado de Gobernación en el Estado
Alejandro Montano Guzmán puede incidir en algunos cambios, además porque conoce
muy bien la plaza y a los políticos veracruzanos, como que fue dirigente
estatal de la CNOP y ha ocupado cargos de elección popular, amén de que fue
funcionario estatal.
Quiérase
que no, del tino que tengan los jerarcas tricolores para designar a sus
candidatos dependerá en parte, o en mucho, la suerte política de José Antonio
Meade en Veracruz, pues de la aceptación o el rechazo que tengan entre el
electorado el PRI se cargará de votos o no recuperará terreno.
Veracruz
es clave para ganar la Presidencia de la República con su tercer padrón
electoral más grande del país, por lo que no es casual que Meade esté mañana
sábado en Minatitlán donde el PRI buscará revivir aquellos actos masivos de
adhesión de los petroleros, para lo cual estará también el cuestionado
dirigente Carlos Romero Deschamps, y para adelantarse a la visita, un día
después a la región, de Andrés Manuel López Obrador quien el 15 de diciembre
pasado, de acuerdo a una encuesta de Marketing del Golfo de la que informé el
mes pasado, tenía una preferencia electoral efectiva de 71.26 por ciento contra
sólo 10.78 de Ricardo Anaya y 8.38 de Meade entre los veracruzanos de Acayucan
hasta Las Choapas.
De este
tamaño será la tarea y el reto que tendrán los candidatos a diputados federales
y locales del PRI, aunque también a senadores. Ni siquiera juntos Anaya y Meade
le hacen cosquillas, por ahora, a AMLO. Y, aguas, éste jala y fuerte a
Cuitláhuac García Jiménez.
Que son varios cubanos
Que no
es sólo un cónsul, que son varios personeros cubanos los que están en Xalapa
para, entre otras cosas, participar en un acto de homenaje a José Martí, el
héroe nacional de Cuba, de quien el 28 de enero se cumplen 162 años de su
nacimiento. Esa es otra versión que se me dio ayer.

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