Prosa aprisa
Realismo
mágico, en Veracruz
Arturo Reyes Isidoro
En el segundo capítulo de El otoño del patriarca se narra que
Bendición Alvarado, la madre del dictador (el patriarca), figura principal de
la obra de Gabriel García Márquez, es desterrada de la casa presidencial en una
mansión de los suburbios luego de que hace pasar a su hijo una gran vergüenza.
Resulta que una noche de
esplendor, en un banquete de gala con el que celebraban el desembarco de unos
infantes de marina, Bendición Alvarado ve a su hijo, el dictador, en uniforme
de etiqueta con unas medallas de oro y guantes de raso y no puede reprimir el
impulso de su orgullo materno.
Entonces exclama en voz alta
ante el cuerpo diplomático en pleno que “si yo hubiera sabido que mi hijo iba a
ser presidente de la república lo hubiera mandado a la escuela” (Plaza &
Janes, 1975, p. 52 de la primera edición –¡yo tengo un ejemplar de la primera
edición!).
De este pasaje me acordé ayer
cuando estalló lo que se convirtió en un escándalo mediático por una imagen con
la que presuntamente el Congreso local recordó el 92 natalicio del Premio Nobel
de Literatura pero en la que le cambiaron el nombre de Gabriel por el de
Francisco, Francisco García Márquez, y además le atribuyeron la nacionalidad
mexicana siendo colombiano, si bien fue mexicano por adopción.
¡Válgama Dios!, me dije
cuando vi que la presunta garrafal equivocación escalaba a los medios
nacionales y dejaba en ridículo, por inculto, al Congreso local, y se llevaba
entre las patas la fama de Xalapa como la “Atenas veracruzana” y de paso
arriaba también con la buena imagen de Veracruz y de Morena, ahora en el
gobierno. Fue un carambolazo de cuatro bandas.
Me acordé de pasajes de otras
obras de Gabo, pero por venir el error de donde (presuntamente) provenía, el
Congreso local, me enfoqué en El otoño del patriarca y para mis adentros,
luchando para no reirme solo y que alguien pensara que estoy loco (que a lo
mejor lo estoy –el filósofo Diógenes decía: “Cuando estoy entre locos, me hago
el loco.”), me dije que si las mamacitas, que se merecen todo mi respeto, del
presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín, y
del presidente de la Mesa Directiva, José Manuel Pozos Castro, hubieran sabido
los cargos que iban a ocupar, también los hubieran mandado a la escuela.
Oficialmente la imagen nadie
salió a desmentirla y corrió por todo el espacio cibernético, aunque salieron
defensores a decir que se trataba de una fake
image (una imagen falsa), pero como el que calla otorga, en el imaginario
colectivo quedó la seguridad de que se trató de uno más de los errores
garrafales de los directivos del Congreso, lo que además no es nada difícil de
que sea cierto conociendo el bajo nivel al que han llevado al Poder
Legislativo.
Y si se trató de una fake
image, entonces quiere decir que sus enemigos políticos ya les tomaron la
medida y no les dan respiro, echando a andar en las redes las más diversas
imágenes o especies, con mucha imaginación y con muchos visos de credibilidad,
que les daña terriblemente la imagen. Pero no reaccionan y en todo caso
encargan a defensores que traten de quitarles los golpes aunque, eso creo, sin
ninguna efectividad.
Lo de ayer de todos modos
sirvió para confirmar lo que ya no deja lugar a dudas: Veracruz en este momento
vive un verdadero realismo mágico donde todo puede suceder como en las obras de
Francisco García Márquez, perdón, de Gabriel García Márquez.
Está solo
En la parte final de “Prosa aprisa” de ayer comenté que en el caso de
nepotismo del que acusan a la Secretaria del Trabajo, María Guadalupe Argüelles
Lozano, en lugar de que ella diera la cara y saliera a responder, lo tuvo que
hacer el gobernador Cuitláhuac García, quien dijo que la funcionaria “sí tuvo
la intención” de contratar a su hija Quetzalli para que trabajara a su lado, pero
que finalmente había desistido.
“El gobernador, pues, cargando otra vez el muerto y defendiendo a los malos
funcionarios de su administración. Con ellos, para que quiere enemigos”,
expresé.
Penosamente, ayer la reportera Claudia Montero, del portal alcalorpolitico.com, con un trabajo
profesional de investigación dejó en entredicho al mandatario al confirmar que la
hija sí fue contratada y que incluso se le dio de alta en el Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS), institución en la que seguía inscrita hasta el día de
ayer.
La periodista fue más allá al corroborar que en el portal del IMSS aparecen
inscritos otros tres presuntos familiares de la funcionaria: Nahum Argüelles
Lozano, con parentesco de segundo grado con doña María Guadalupe, su presunto
yerno Jonathan Antonio Martínez Zamora y su presunto sobrino Adair Aguirre
Calte. La reportera dio los números de registro ante el IMSS de los cuatro en
los que aparece que su patrón es el Gobierno del Estado.
Hasta anoche cuando cerré la redacción de esta columna no se había producido ninguna reacción oficial y la
Secretaria seguía guardando silencio.
La incómoda situación en que se colocó el titular del Ejecutivo en forma
innecesaria no es más que la consecuencia de no tener un operador político de
peso que maneje ese tipo de casos y que salga a dar la cara y las explicaciones
o justificaciones necesarias, para que él no se exponga, papel que debiera
corresponder al Secretario de Gobierno, pero que no asume porque no quiere,
porque no puede o porque no sabe, o por las tres cosas.
Pero también refleja la cachaza de funcionarios como la citada Secretaria,
que dejan que su jefe, en este caso el gobernador, quede en entredicho y se
dañe su imagen y su credibilidad, antes que salir a dar la cara y responder por
un presunto caso de corrupción, que eso significa el nepotismo del que está
siendo señalada.
Era para que ayer hubiera confirmado o negado rotundamente con pruebas que
no es cierta la acusación que se le hace, y si no podía probar su dicho
anunciar que presentaba su renuncia con carácter irrevocable, siempre pensando
en dejar a salvo la figura del gobernador. Pero prefirió su comodidad y los
intereses de su familia antes que los de la institución que el mandatario
representa.
Señalan también a otros funcionarios
A solo tres días de que se cumplan los primeros 100 días de la nueva
administración, tanto en las redes sociales como en diferentes medios
informativos se han hecho señalamientos de otros casos de nepotismo en diversas
dependencias, aunque sus titulares guardan silencio, lo niegan o culpan a
funcionarios de la administración pasada de estar soltando las versiones,
incluso a algunos medios o periodistas.
Sin embargo, han salido a la luz pública documentos, nombramientos, cargos,
ubicación, nombres y apellidos, que
hacen dudar de sus dichos, y generan la percepción en la opinión pública de que
todo es cierto.
En el trasfondo, de hecho se trata del dicho de los funcionarios contra el
trabajo de los periodistas, quienes no se quedan con la primera versión que se
les da sino que investigan a fondo y van descubriendo que están mintiendo. Por
ese lado, la sociedad veracruzana tiene hoy una prensa muy profesional, que no
se queda callada y denuncia.
Los casos son reforzados por los mismos empleados, inconformes porque se
les rebajó su sueldo y se les quitó su compensación, aunque afirman que en
cambio sí hay familiares recomendados que ganan muy bien, sueldo y
compensación, aunque no tengan una preparación adecuada o no cubran el perfil
que requiere el cargo que ocupan.
Los presuntos casos de nepotismo echan por tierra todos los dichos del
presidente López Obrador de que no se permitiría la corrupción y está dañando y
erosionando la imagen de Morena ante el electorado veracruzano. Si no se toman
medidas radicales, todos los casos señalados serán un lastre para ese partido,
cuyas consecuencias podrían verse en la próxima elección intermedia.
0 comentarios:
Publicar un comentario