Mamá, ven por mi, Ciudad de México 1965. De Enrique Metinides
Fuente QUORA
El niño de la foto fue llevado en un taxi al hospital militar después de ser atropellado. Llegó en calidad de desconocido. Después de los primeros auxilios, el hospital llamó a la Cruz Roja para decir que tenían a un niño que no era familiar de ningún miembro de la Armada de México y que no lo podían tener ahí, que fueran a por él.
De esta forma Héctor, que así se llamaba, llegó a la Cruz Roja Mexicana. Después de 45 días y ya recuperado, una monja del servicio de enfermería de la Cruz Roja se puso en contacto con el fotógrafo y le pidió que le tomara una foto. En poco tiempo le darían el alta y lo trasladarían al DIF, pues ningún familiar se había acercarlo a buscarlo. Cuando lo vio, Metinides pensó que podía ayudar al niño montando un reportaje. El niño salió en primera plana con el titular “Mamá, ven por mi”, jugando con los soldaditos de plomo, libros, pinturas, etc. que las enfermeras y médicos le habían regalado.
Gracias al reportaje su madre pudo localizarlo. La madre llevaba buscando al niño desde el accidente y la Cruz Roja fue el primer sitio al que se acercó. Como le dijeron que no estaba ya que por entonces el pequeño se encontraba todavía en el hospital militar, no volvió.
Cincuenta años más tarde se encontraba Metinides grabando un documental sobre su vida profesional titulado “El hombre que vio demasiado” cuando lo llevaron a rodar en una casa de Coyoacán. Le pidieron que caminase por el jardín hasta donde había un reflector. Cuando llegó, vio a un hombre parado al final del jardín que le dijo: “Yo soy Héctor Colina Palacios. El niño de hace más de 50 años. Mi mamá me encontró en la Cruz Roja mexicana gracias a usted.”
La versión definitiva del documental no incluye esa escena que a Metinides le hubiese encantado volver a ver. El caso de Héctor fue una de las más alegres satisfacciones de su trabajo.
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