OTRO “MORENO” QUE SE AUTOPROMUEVE COMO MODELO DE RECTITUD POLÍTICA Y MORAL
Por: Aquiles Córdova Morán
La
noticia apareció en varios medios pero, para ahorrar espacio, me ceñiré
a la versión de Gabriel Xantomila en El Sol de México del 31 de marzo
del año en curso y cuyo encabezado es el siguiente: Acusan a Polevnsky
de estar en el grupo de poder de Raúl Salinas de Gortari. El texto de la
nota relata que el señor Alejandro Rojas Díaz- Durán, hasta ese momento
coordinador de asesores de Morena en el senado, al tiempo que anuncia
su renuncia a dicho cargo acusa “que detrás de Polevnsky está el grupo
de Raúl Salinas de Gortari (…) quien la apoyó para estar al frente de
Canacintra, por lo que el funcionario calificó a grupo de «faccioso»”.
En
el párrafo siguiente Rojas afirma: “Raúl Salinas de Gortari es el
verdadero padrino de Yeidckol Polevnsky y su primer maestro político.
Hay fotos recientes, en el cumpleaños de Diego Fernández de Cevallos;
este es el maestro, el gurú, el hombre que promovió y metió a la
política a la líder de Morena”. Y sigue más abajo: “…fue vicepresidenta
de Canacintra en donde siempre «ayudó con su silencio cómplice y su
mutismo institucional», el (sic) desmantelamiento de la industria
nacional y de la «venta de garaje» (sic) de las empresas públicas que
pasaron a unas cuantas manos de acaudalados que hoy concentran el 90 por
ciento de la riqueza nacional”.
Un poco
adelante asegura: “Ella inició en la política del brazo del salinismo
neoliberal, fraudulento y represivo”. Y acusa que “Raúl Salinas de
Gortari «el hermano incómodo», tiene su origen ideológico en el maoísmo
más radical y violento; creador y promotor del grupo de choque Antorcha
Campesina”. La nota cierra con la información de que la causa de la
renuncia de Rojas y de su indignada denuncia es el “…conflicto con
Yeidckol Polevnsky desatado por las gubernaturas de Puebla y Baja
California”. Según Xantomila, “Es la primera «fractura» en Morena y que
amenaza con crecer desde que Andrés Manuel López Obrador asumió el poder
en diciembre de 2018, que tuvo como escenario la candidatura de Miguel
Barbosa y que desató la furia del también senador Alejandro Armenta, que
fue apoyado desde un principio por los senadores de Morena para la
candidatura de Puebla”. (Las negritas son del original de Xantomila)
Y
en efecto, en días posteriores y en diversos medios, Alejandro Rojas
Díaz-Durán repitió sus cargos contra la presidenta de su partido;
reiteró su afinidad ideológica y de origen con “el grupo de choque
Antorcha Campesina”, sin otro fundamento, al parecer, que el deseo de
herirla en lo más vivo e infamarla lo más profundamente que se pueda, y
añadiendo ahora que la corrupción de Miguel Barbosa se hizo manifiesta
por la compra de la residencia que fuera del ex presidente de la
República Lic. Miguel de la Madrid, compra que fue, asegura, del pleno
conocimiento de la señora Polevnsky.
Hasta aquí
las aportaciones amarillistas de Alejandro Rojas. Ahora bien, resulta
obvio que al Movimiento Antorchista Nacional no le afectan directamente
las denuncias y acusaciones de Rojas en contra de importantes
correligionarios suyos, puesto que ninguna liga tenemos (ni él nos
atribuye) con ellos, y nada sabemos, por tanto, de su carrera política
ni de su inclinación ideológica ni de su vida privada. En consecuencia,
lo lógico sería que nos abstuviéramos totalmente de intervenir en el
asunto. Sin embargo, no podemos dejar de sentirnos ofendidos,
atropellados y brutalmente abusados por ese señor cuando, a falta de
argumentos mejores, recurre a la vileza de calificarnos, sin más, de
“grupo de choque”, y de atribuirnos el mismo origen “neoliberal,
fraudulento y represivo” que la señora Polevnsky, sin otro motivo ni
razón que hacerse de un insulto devastador con que derrumbar de un golpe
el prestigio y la autoridad política de la cabeza del partido en el
cual milita. Asegurar sin pruebas que somos hechura (y una hechura
perversa, además) del Ing. Raúl Salinas de Gortari, es una canallada,
una calumnia sucia, tal como lo hemos dicho y sostenido siempre, cientos
de veces tal vez. Y no solo para nosotros, sino también para el Ing.
Salinas, puesto que se trata de un infundio absoluto que ofende a ambas
partes.
Es esto lo que nos orilla a ocuparnos
de las declaraciones de Rojas Díaz-Durán, declaraciones en las cuales no
tendríamos por qué haber aparecido, puesto que se trata de un asunto
interno de Morena del que Antorcha se halla a varios años luz de
distancia. Pero se nos ha vuelto a injuriar sin pruebas y sin ningún
derecho, y eso nos obliga a responder a nuestros detractores.
En
primer lugar, hago notar a los posibles lectores que la baja querella
que sostiene Rojas Díaz-Durán es en contra de morenistas
correligionarios suyos y, además, de muy alto nivel y de gran
responsabilidad en la política nacional. Nadie en su sano juicio, pues,
puede dudar de que ambas partes hoy enfrentadas se conocen perfectamente
bien y desde hace bastante tiempo. Por tanto, cabe preguntar al señor
Rojas: si siempre has sabido y conocido vida y milagros de Yeidckol
Polevnsky, como lo evidencian tus denuncias actuales, ¿por qué te
incorporaste y permaneciste tanto tiempo en las filas del partido cuya
primera y única cabeza (al menos formal) ha sido ella? Si tan
refractario eres a una conducta política y a una formación ideológica
como las que le atribuyes, ¿qué buscabas o esperabas encontrar militando
bajo sus banderas? ¿Querías acaso redimirla con tu elevado ejemplo
moral y tu inatacable formación política de verdadera “izquierda”?
Por
otra parte, y suponiendo sin conceder que solo ahora que son compañeros
de partido te has enterado de quién es realmente la señora Polevnsky,
¿por qué elegiste para denunciarla y deslindarte de ella el momento
moral y políticamente más sospechoso, es decir, después de la derrota de
los personajes cuyas ambiciones políticas compartes y defiendes, como
lo atestiguan tus propias declaraciones a los medios? ¿No es esto,
acaso, una prueba irrefutable de que detrás de la ruptura y denuncia
escandalosas que hoy protagonizas contra tu líder, no hay ni pizca de la
moral, la rectitud y el desinterés que pretendes, sino puro, simple y
prosaico pleito por el poder y sus privilegios conexos? Y si es así,
¿por qué no hablas claro? ¿Para qué son tantos brincos y para qué
enlodar a gentes que nada tienen que ver con la disputa? ¿Es mucho pedir
un poco de transparencia en los políticos profesionales de este país?
Es
verdad que las acusaciones que Rojas lanza contra Polevnsky no son
baladíes sino de cierto calado para la vida nacional. Pero por eso
mismo, exigen ser sustentadas y demostradas con todo rigor y
profundidad, si es que el señor aspira a que la nación le crea. En lo
personal, ya busqué y rebusqué tales o parecidas pruebas en sus
declaraciones, y no hallé más que puras afirmaciones escuetas y
temerarias, sin ningún respaldo objetivo e independiente. Hallé, además,
que en su ciego afán de hacer daño, se contradice con la torpeza lógica
de un párvulo, pues primero acusa que Yeidckol se inició en política
“del brazo del salinismo neoliberal, fraudulento y corrupto”, y pocas
palabras adelante asegura que Raúl Salinas, mentor de Yeidckol según
Rojas, “tiene su origen ideológico en el maoismo más radical y
violento”.
¿Debemos entender, entonces, que Mao Zedong, el
fundador de la República Popular China, era un “neoliberal, fraudulento y
represivo”? ¿Dónde estudiaste, amigo Rojas, la historia universal de
las ideas económicas y políticas, que te intoxicaste con ellas de tal
modo? ¿O es solo ceguera mental momentánea provocada por la frustración
de haber perdido la batalla por las candidaturas en Baja California y
Puebla?
Ítem más. ¿Desde cuándo sabías que
Miguel Barbosa es un corrupto y ladrón que ha adquirido mansiones con el
dinero público? ¿Por qué permaneciste en el mismo partido que él? ¿Por
qué no lo desenmascaraste en su momento y te esperaste hasta que te
propinó la derrota electoral de que te dueles hoy? Una de dos: o
Alejandro Rojas miente e inventa cargos para vengarse de la derrota
sufrida; o dice verdad, y entonces es culpable de los delitos que
denuncia por complicidad y encubrimiento.
Es
claro, en consecuencia, que el agravio a los antorchistas al acusarlos
de “grupo de choque” engendrado por Raúl Salinas, está afectado de los
mismos vicios y merece el mismo desprecio por parte de la opinión
pública sensata y racional. Si miente tan arteramente en contra de sus
correligionarios (suponiendo que sean mentiras sus atronadoras
denuncias), ¿por qué no habría de hacer lo mismo, e incluso más, en
contra de quienes considera enemigos irreconciliables? Si el mismo rigor
y honestidad intelectual que emplea al formular acusaciones contra los
suyos lo traslada sin cambios al frente de ataque en contra de Antorcha,
ya podemos dar por probada la falsedad de sus abusos verbales, sin
importar el eco que encuentren en los medios ni el número de ellos que
las recojan y reproduzcan. ¡Antorcha sobrevivirá y seguirá avanzando a
hombros del pueblo organizado, a pesar de lo que digan sus enemigos! Al
tiempo.
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