Carta Abierta a Miguel Ángel Yunes Linares
El reto de la legalidad….
Isael Petronio Cantú Nájera
La ley es dura, pero es la Ley, reza un aforismo latino, fuente de nuestro derecho. Principio que se hunde en el tiempo, cuando los patricios hacían lo que querían con la interpretación de la ley, obviamente, haciendo que sus efectos castigaran más a los plebeyos y favoreciera a su clase plutocrática. Debemos agradecerle a Cneo Flavio, secretario del magistradoClaudio Apio, el hacer públicas las fórmulas del Derecho Civil y permitir que la gente aprendiera una mejor forma de defender sus derechos. Escrita la Ley y conocida por todos, generaba un espacio de igualdad y equidad en su uso… sin embargo, al paso de los siglos: los poderosos han seguido aprovechando la corrupción imperante e impidiendo que la Ley cumpla sus efectos justicierons de equilibrar los conflictos entre las partes, sean particulares o clases sociales.
El moderno Estado, con sus tres poderes y sus organismos autónomos, solamente cumple de manera parcial con el Estado de Derecho. Al abrigo de modelos presidencialistas y autoritarios, las normas jurídicas han caído en un campo muy relativista de los valores, terminando por “venderse al mejor postor”.
Las últimas acciones legislativas, donde una mayoría de legisladores “aparentan” sumar mayorías legales para nombrar “magistrados a modo” son los actos más deleznables de un grupo aupado en el poder, que pone jueces para que retuerzan la ley y protejan a los corruptos.
Pero eso no es lo más grave: sino el hecho de que ahora la misma estructura burocrática que prohijó la corrupción del Estado de Derecho, se ha sumado al coro y como en los viejos tiempos está gritando “muera el rey, viva el rey”, con el objeto de imponerse al nuevo gobernador y su posible transformación administrativa. No es menor el hecho, mediante el cual, esos mismos diputados aprobaron otorgar “bases” de trabajo a más de siete mil burócratas con la malévola idea de echar a perder la nueva administración pública.
No solamente en el campo de los adversarios está la idea de corromper la función pública del nuevo gobierno, sino, en los supuestos aliados, que a empujones y trompicones se están peleando un cargo en el nuevo gabinete y mandan a sus corifeos y pagan a sus contactos periodísticos para que los “enlisten” en cargos que lejos están de saber desempeñar correctamente. Esa es la cultura priista que ya conocemos; caballazos, arribismo y oportunismo y que ha llevado a Veracruz a la extinción del Estado de Derecho.
Podemos decir que a lo largo de doce años, ningún secretario de despacho se condujo con probidad, eficiencia y eficacia y que por el contrario medraron del erario enriqueciéndose ilícitamente; eso lo podemos hacer extensivo, incluso a los propios liderazgos de organizaciones y partidos políticos; mal se vería una nueva administración pública que no fuera capaz de elegir en base a los verdaderos méritos de eficiencia y eficacia, de respeto al servicio público y a la ciudadanía, a quienes estarán al frente de la propia administración.
Habiendo trabajado con usted en la elaboración de una profunda reforma electoral cuando era Secretario de Gobierno con Don Patricio Chirinos y además, de haber elaborado parte del documento de la alianza que lo postuló como candidato de la alianza, que lo llevó a ser actualmente gobernador electo ratificado por el Tribunal Electoral; públicamente le pido:
1º.- La defensa irrestricta del Estado de Derecho, impulsando una profunda reestructuración del Poder Judicial y de la fiscalía general del Estado, con el fin de aplicar todo el peso de la ley a los delincuentes y a los servidores públicos que se robaron el erario y corrompieron la función pública; recuperando además los bienes, tanto financieros como muebles e inmuebles, ilegalmente sustraídos a la hacienda pública, para ser reincorporados y aplicados de manera eficiente al bien común.
2º.- Denunciar toda presión política o económica que le impida reconstruir una nueva administración pública basada en la real “meritocracia” y no en base a los acuerdos políticos o acomodos priistas, tanto de la burocracia existente como de los líderes políticos que desde los diversos partidos, también han contribuido al deterioro del Estado de Derecho.
3º.- Someter a la opinión pública la elección de los nuevos “servidores públicos” respetando irrestrictamente las leyes orgánicas pertinentes, avalando que los perfiles para los cargos se cumplan irrestrictamente. Sólo le recuerdo que, parte de la corrupción estriba en que ocupan cargos los políticos corruptos e ignorantes, a los que se les exime de los perfiles, como sucedió con el exsecretario de Seguridad Pública, Zurita; y que ello significó entregarle un área sustantiva de la seguridad personal de todas y todos los veracruzanos, exponiéndonos a una violencia generalizada, cuyos costos en vidas es altísimo.
4º.- Iniciar una transformación profunda que permita construir una gobernanza democrática, donde la ciudadanía recupere su poder y contribuya en la construcción de una nuevo gobierno realmente social, democrático y de derecho; lo que significa la legislación de la Ley de Participación Social donde puedan los ciudadanos conformar las contralorías sociales pertinentes para participar en el diseño, la vigilancia y la fiscalización de las políticas públicas y evitar su corrupción.
5º.- Instaurar un gobierno abierto, que más allá del acceso a la información, genere un sistema para que toda dependencia pública, tenga un portal que garantice que el ciudadano pueda tener la información de manera oportuna y completa de la administración y en base a ello, participe activamente.
6º.- Un gobierno que rinda cuentas y que además garantice nuevos derechos políticos de la ciudadanía para sancionar debidamente a los malos servidores públicos como lo es la revocación del mandato; participar en el proceso legislativo con los referéndums y plebiscitos y la iniciativa popular y en los procesos de seguridad pública, intervenir activamente en el control de los policías de proximidad.
Seguramente hay más cambios, pero el cambio esencial es empoderar a la ciudadanía para que participe y sea un elemento importante en la construcción de una gobernanza democrática, sino es así, todo lo demás será más de lo mismo… No desaproveche la oportunidad de construir un gobierno justo, equitativo y democrático.
Isael Petronio Cantú Nájera
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